martes, 23 de febrero de 2010

Todo por ti


Titulo: Todo por ti
claim: Juka/Hizaki
oneshot

Mi amor:

He escrito mil veces esta carta y otras mil la he destruido, no sé si estas palabras debieran llegar a ti. Si fuera prudente, debería dejar que el viento se las llevase, pero no puedo. Soy un prisionero más de tu sombra altiva y misteriosa.

Conciente de mis límites y mis fallas dejé de persuadirme de que seria posible lo nuestro sin siquiera intentarlo una vez porque no quería perder tu confianza ni faltar el respeto a los años de amistad que me brindaste, dándolo todo de ti, enseñándome muchas cosas sobre las que aun hoy medito cada vez que vienen a mi mente.
Mi querida dama, si cada una de mis sonrisas iban dedicadas a ti, aun cuando no me veías, y yo estaba allí, observando esa manera tan natural tuya de enfocarte profundamente en lo que mas quieres en esta vida, tu música.

Por ti lo deje todo sobre el escenario, un poco para saldar la eterna deuda que tengo contigo por que creíste en mí más de lo que muchos otros hicieron, justo cuando mi momento había pasado y mi cabello negro pasaba a ser tan níveo que competía con tus rizos eternos por las luces y las miradas de los fans.

Si, lo deje todo en tu proyecto, mi voz se hizo eco de tus mas maravillosas interpretaciones y le dio forma a una nueva poesía que encarnaba lo mas pretencioso y filosófico de tu alma en cada letra, en cada nota, en cada frase. Pero aún no sabes por que cuando me fui, silenciosamente, sufrí enormemente por haberme separado de ti.

Mi alma, al ver que te alejabas y hacías nuevo santo de tu devoción a otra persona, mi cuerpo, al canalizar todo los sentimientos que guardaba mi corazón al saberte ignorante de mi amor, al verte sonreír y actuar tontamente a su lado, al sentir que lentamente cortabas mis alas y me librabas a mi suerte. Si, mi voz se apagó, perdió su brillo y su profundidad. No me importó cuanto me hería a mi mismo, mientras pudiera seguir viendo esa tierna sonrisa, ese brillo en tus ojos; más me comprometía a seguirte fielmente hasta el fin de los tiempos, aunque prescindieras de mi.

No me quejo, siento que te he dejado en buenas manos por que no existe otro hombre en el mundo más completo y honorable que él. El notar que el te aprecia como la joya que eres no hace más que aumentar mis elogios hacia su persona. Notablemente, también extendió sus redes para protegerme y ayudarme como un buen caballero haría. Mi vida no sería tan extensa para compensar el esfuerzo que han puesto tu y él en ayudarme a continuar con mi carrera.

Ahora estoy aquí, viéndote desde esta pantalla como un niño que mira desde la vidriera un juguete deseado. No soy nadie para reprocharte este silencio, no tengo nada que ofrecerte que él no pueda brindarte. Queda en este corazón la huella imperecedera que has dejado y que nunca se borrará. Este secreto, estas palabras que fueron pensadas sólo para que tus oídos las escucharan no perderán la fuerza o la intención con que han sido forjadas: te amo, te amo infinitamente, devotamente, ciegamente. Te amo al punto de no poder respirar cuando te miro a los ojos. Te amo tanto que prefiero perderte antes que obligarte a perecer en mis brazos miserablemente.
Tuyo por siempre, en silencio. Juka

miércoles, 17 de febrero de 2010

誕生日おめでとう、姫様 ~ Feliz cumpleaños, princesa ~

Título: 誕生日おめでとう、姫様
Claimer: Kamijo/Hizaki


Era sábado, el día anterior habían dado su penúltimo concierto de la gira europea en Berlín y esa noche llegaban a París para dar el último de la gira mundial, tenía muchas ganas de llegar porque la caravana se le hacía demasiado conocida, cuando por fin alcanzaron el hotel agarró la bolsa con su ropa y la de la guitarra para practicar en la habitación sin embargo cuando llegó a la recepción y pidió la llave de su cuarto le dijeron que no había ninguna reserva a su nombre, entonces se giró hacia Kamijo que era el que había hecho las reservas –Kamijo, dicen que no hay habitación a mi nombre, ¿qué diablos está pasando?-

El vocalista le miró sin entender nada y se giró hacia la recepcionista diciendo algo en francés que él no consiguió entender, después lo miró de nuevo –resulta que tampoco hay reserva a mi nombre, y lo peor de todo es que no hay habitaciones libres- se giró hacia la señorita de recepción y le dijo algo más en su idioma, después ella le contestó y le entregó un llavero decorado con una corona –Al parecer la suite real está libre, nos costará un poco más pero al menos tendremos donde dormir.-Asintió y siguió al cantante hasta la suite que estaba en la última planta, cuando el de cabellos castaños abrió la puerta, el guitarrista conocido como hime se quedó maravillado, frente a él había lo que parecía una auténtica habitación real, a cama de matrimonio se hallaba recubierta de delicadas telas bordadas con escenas naturales y de caza de diversos colores que tapaban la mitad del edredón de color rojo cereza, las cortinas del dosel de vaporosa seda tan roja como el sol del atardecer caían en cascada creando bellos volantes hasta el suelo, en las paredes de madera caoba con tallados de flores verticales distribuidos en pequeñas líneas había, en los huecos libres, hermosos tapices orientales colgados junto con bellos cuadros barrocos, a un lado una discreta puerta daba acceso al baño más hermoso que había visto nunca, los suelos de mármol blanco veteado en gris claro conducían al usuario hasta un enorme jacuzzi situado en un alto rodeado por candelabros que sostenían velas con olor a rosas mientras que a los dos lados, pasaban casi desapercibidos el lavabo y la taza de váter separados por una mampara, y los muebles donde las toallas y los jabones se guardaban junto con los colgadores de los albornoces.

El rubio tras recuperarse de la impresión colocó su bolsa sobre el edredón tras retirar las telas de adorno y la abrió buscando su pijama para colocarlo antes de ir a tomar un baño, sin embargo el conjunto de pantalón y camiseta con abejitas estampadas en negro sobre blanco no estaba donde lo había puesto y solo le quedaba el provocativo conjunto de lencería compuesto por las medias, los slips de encaje, el camisón semitransparente de tirantes y el salto de cama, que Kaya le había regalado por su cumpleaños, se puso colorado al ver la mirada de interés que el vocalista mostraba, Kamijo no había podido evitar imaginarse a Hiza en aquel delicado y sensual conjunto, le entraron sudores solo de pensarlo, sin embargo, decidió disimular sin ser capaz de sacarse las imágenes de la cabeza, como siempre. Mientras, sacó su champú y el acondicionador que usaba cada día para mantener su cabello hermoso y suave, él no tenía pijamas –O-hime-sama lo lamento, espero que no te disguste pero yo no tengo pijama, nunca uso y no se me ocurrió comprar por si esto ocurría.- Hizaki no pudo evitar salivar imaginándose al cuerpo del cantante apretado contra el suyo pero se golpeó mentalmente, Kamijo no era gay y aunque así hubiera sido no veía porque habría de fijarse en él con Kaya revoloteando a su alrededor cada vez que podía –No hay problema Kamijo-san, si no te importa no creo que te resulte un inconveniente, pero gustaría de usar el baño para lavarme antes de dormir.- El hombre de cabello castaño le sonrió pensando en lo poco que faltaba para hacerle suyo –Está bien, mientras practicaré un poco para mañana,-le tomó del brazo antes de que pudiera irse –y no hace falta que me trates de forma tan respetuosa somos compañeros y amigos desde hace muchos años Hime-chan, llámame solo Yuuji.- El de largo cabello rubio asintió y caminó hasta el baño donde, tras dejar su ropa sobre uno de los muebles llenó el jacuzzi y se introdujo dentro experimentando una relajante limpieza que sin embargo fu aún más amena oyendo la hermosa y poderosa voz de Yuuji resonar de fondo, tras un rato cuando empezaba a arrugarse como un garbanzo salió de la enorme bañera y después de secarse rápidamente y secar su cabello también, se puso primero el slip comprobando que era tan pequeño y apretado como Kaya había asegurado, luego colocó las medias que cubrían hasta sus rodillas y el camisón corto que no llegaba más allá de medio muslo, finalmente el salto de cama ocupó su lugar.

Salió encontrándose con un espectáculo que no había esperado ver en su vida, la cama con el edredón echado hacia atrás estaba cubierta de pétalos de rosa, las cortinas que había tomado por más tapices se hallaban abiertas mostrando los Campos Eliseos con el arco del triunfo iluminado resplandeciendo en la noche, una suave y sensual música resonaba por la suite mientras que Kamijo solo ataviado con su cruz de plata lo esperaba con dos copas de vino junto al lecho –Tardaste menos de lo que esperaba, Hime-chan, casi no me dio tiempo a prepararlo todo- luego observó inquisitivamente lo bello que se veía el más joven con aquel conjunto de lencería rojo que hacía juego con el rubor de la s mejillas –Te ves tan hermoso, hice bien en robarte el pijama de abejitas, que seguro que te queda bello también pero para lo que vamos a hacer no puede ser menos apropiado- Hizaki no cabía en sí de asombro ante el desparpajo del cantante –Pareces muy seguro de que aceptaré.-

-Vamos Hiza, somos lo bastante adultos como para saber lo que sentimos desde hace años el uno por el otro.- El rubio no pudo contener su expresión de sorpresa – ¿Lo que sentimos? Yo pensé que tu…- No acabó la frase porque el vocalista le dio un apasionado beso que lo dejó sin aliento, después le colocó la copa en la mano tomando la otra para guiarle hacia la cama sin dejar de mirarle con aquellas penetrantes pupilas que lo seducían y dominaban más y más a cada segundo que pasaba, finalmente el rubio de largos cabellos no pudo precisar cuando perdió la noción del tiempo ya que en menos de un parpadeo se descubrió a si mismo tumbado con el salto de cama abierto, también tenía los tirantes del camisón bajados mientras Kamijo besaba sus hombros y acariciaba sus muslos, a la vez que él solo podía aferrarse a la espalda del de cabellos castaños y disfrutar de las atenciones que le proporcionaba, se relajó abriendo las piernas, rindiéndose a sus deseos. El vocalista al notar la rendición de su princesa retiró las medias y el salto de cama que comenzaba a ser un incordio, después levantó un poco el corto camisón mostrando parte del pálido y suave vientre al tiempo que jugaba con el borde del slip pasando la lengua por él mientras acariciaba de forma torturante el miembro del guitarrista atrapado en su prisión de encajes.

Cuando se hartó de torturara a la princesa porque ya no era capaz de soportar por más tiempo los gemidos que le estaban acercando al clímax, bajó la prenda con los dientes lamiendo el líquido preseminal, que se escapaba de la punta del miembro erecto del guitarrista, que le supo a gloria, después, con la punta de su lengua, recorrió la extensión de carne que parecía arder bajo sus caricias, no tardó mucho antes de introducírselo todo en la boca con ansia saboreando todo el pene de Hizaki que no podía parar sus gemidos y grititos de placer que trataba de contener colocando sus manos sobre los labios tratando de no hacer demasiado ruido para que el resto de clientes del hotel no se dieran cuenta de que lo que en realidad hacían era cualquier cosa menos dormir, sin embargo no se daba cuenta de que estaba en el último piso del edificio y en la suite real que no tenía compañeras. Hizaki solo alcanzó a ver estrellitas bajo sus párpados cuando el orgasmo sacudió su cuerpo violentamente y el grito resonó por encima de la música para satisfacción del torturador que subió para alcanzar un frasquito de lubricante cuyo contenido pronto inundó el apretado interior del rubio que apenas podía respirar ya que todavía no se había recuperado del orgasmo.

Cuando sintió que sus dedos se deslizaban con facilidad dentro y fuera del ano de su amor, vertió unas pocas gotas en su propio miembro pero sin extenderlas, quería durar lo máximo posible para la princesa de su corazón, después le penetró sentándolo sobre su erección a la vez que le quitaba el camisón para que sus pieles tuvieran el máximo contacto posible, mientras que Hizaki que se encontraba en una nube le besó apasionadamente comenzando a moverse al notar como las paredes de su interior se adaptaban a la perfección al duro pene de Kamijo que comenzó a entrar lo más profundo posible hasta lograr encontrar y apretar el pequeño punto de placer del más joven que gritó en su oído en respuesta dejándolo sordo por un momento. El hombre de cabello castaño corto y ojos que sin las lentillas se veían profundos y negros que hacían temblar de envidia a la misma noche, no duró tanto como había esperado pues sentir las uñas de su amor clavadas en la espalda, sus piernas rodeando su cintura y las contracciones que recorrían el estrecho interior fueron demasiado para él y finalmente su semen invadió la cavidad a la vez que el de la princesa llenaba sus vientres, se besaron una última vez antes de que el cantante saliera del cálido interior de su hime-chan, después hizo al rubio mirar por la ventana señalando los campos eliseos -¿No es perfecto? Tú y yo juntos en la ciudad del amor, por fin.- Hizaki sonrió –Si que es hermoso.- Kamijo retiró los mechones más largos del flequillo de la cara del joven para poder ver sus hermosos ojos oscuros a la perfección –Y pensar ahora en todo lo que he tenido que planear para tenerte justo así, lo de las habitaciones, el pijama pagar la suite y fingir que no sabía nada…Pero ha valido la pena- rió acariciando la barba incipiente del vocalista –Te tienes que afeitar, me haces cosquillas.-

-No hay nada malo en eso Hime-chan, además sabes que me afeitaré antes del concierto- paró durante un momento y después rebuscó bajo la almohada hasta encontrar la cajita que había estado guardando para aquel momento especial –Est-ce que tu veux être ma petite amie?- le dijo mostrando el anillo que hizo llorar de emoción al rubio que le abrazó mientras se lo ponía –Te amo, mi príncipe azul.-

-Yo también te amo mi princesa de las rosas.-

lunes, 15 de febrero de 2010

Under the spotlight

título:Under the spotlight

fandom: Versailles

claim: Hizaki/Kamijo

Los personajes en si no guardan ninguna relación con la realidad, ni pretenden ser ofensivos; son una mera recreación ficticia que toma punto de partida en lo real. De fans para fans.

“Una enorme sonrisa de satisfacción se dibujaba en tu rostro cuando terminaba de sonar nuestra última canción de la noche e imprevistamente te acercaste a mí con tus tonterías de fanservice que tan nervioso me ponen cuando estamos en vivo. Mis mejillas se colorearon y no pude contenerme, me obligué a sonreír tímidamente ante tu endiablada mirada completando un cuadro que hizo gritar a la multitud de chicas presentes.

Antes de dejar el escenario habías desnudado tu alma frente a miles de personas y nosotros te seguimos con total devoción en esa vorágine infernal que nos devolvía admiración, cariño y nuevas energías. Nos convertimos en los máximos exponentes del shoshibiki ante sus ojos, viviendo a nuestra manera e intentando dejar nuestra huella a través de nuestro arte.

Desde el día en que me planteaste que debíamos hacer un proyecto en conjunto he estado a tu lado sin arrepentimientos y completamente convencido de que juntos podíamos devorarnos el mundo en un instante. Pero entonces un viaje repentino marcó tu destino y el mío, haciéndome comprender que tu corazón nunca me pertenecería de la manera en que yo lo creí posible.”

-¡Mira que locura!- exclamó Teru, mientras revolvía con fervor su capuchino- hace unos días estábamos dando conciertos en Shibuya y de repente estamos aquí en Sudamérica.

-¡si, y aún no me acostumbro a este cambio de clima!- contestó Yuki mientras se reía, cómplice de teru- ¡es tu culpa Kamijo!

-¡¿qué, yo?!- se excusó el vocalista- en primer lugar, no les exigí que vinieran.-señaló a Hizaki con su dedo índice- es su culpa.

Su compañero apenas despegó el ojo del mensaje de texto que escribía en su teléfono.

-reconócelo, Kamijo. Sin nosotros estás perdido, eres como un niño.

Los demás se echaron a reír. En realidad el viaje había surgido por el caprichoso deseo de Kamijo de comenzar un nuevo emprendimiento: lanzar su línea de ropa exclusiva y para ello había elegido la capital del tango, pues le resultaba lo suficientemente original pero alejado de las malas intenciones que podían intentar crear un conflicto comparándolo con el maestro Manabu. Pero resultó al fin y al cabo ser una buena excusa para tomarse unas vacaciones, por tanto el resto de los componentes de la banda lo siguieron sin miramientos.

-este lugar es muy bonito- acotó Jasmine, suspirando mientras relajaba su figura en la silla-casi puedo respirar hondo sin sentir tanto smog.

Todos acordaron en ello. Había algo acerca de Buenos Aires que les resultaba interesante, era ese toque bohemio similar a las más cosmopolitas ciudades de Europa pero a la vez con ese toque colonial propio. Un lugar donde los lujos y la miseria convivían en contraste continuo.

Una joven castaña de aproximadamente unos veinte y tantos entró al área de comedor del hotel, mirando en todas direcciones, escudriñando por un rostro conocido. Un olor impregnante a café expreso y cigarrillo flotaba en ambiente. El aire acondicionado estaba al tope, pero casi no se percibía debido a que el salón era espacioso.

-ahí llegó la intérprete- comentó Yuki, quien estaba sentado junto a Kamijo, a su derecha y de frente en dirección hacia la puerta. Él giró su cabeza inmediatamente mirando en esa dirección, mientras risitas disimuladas y cuchicheos entre Teru y Jasmine pusieron nervioso a Hizaki, quien seguía aparentemente ocupado en su teléfono pero observaba en silencio y disimuladamente la situación. Era obvio que la fémina había capturado su atención desde el primer momento y tal vez por ello la había escogido.

- ¡Ah, María san ya está aquí!- dijo Teru con una sonrisa, a la que ella respondió con un “buenos días” en general y una reverencia.

-María, solo María, no estamos en Japón- le corrigió Kamijo- aquí solo se dicen el nombre.

-Si, si, como digas- le indicó riéndose del eufemismo.

-Hablemos de la conferencia- Kamijo acercaba una silla para ella. Inmediatamente se giró y, al querer tomar el respaldar de la silla, ella apoyó descuidadamente su mano sobre la de él. Retrocedió un paso un poco abochornada y sonrió tímidamente.

-No no no, no hace falta…

Hizaki entornó los ojos. Siempre era así, donde fueran él capturaba todas las miradas. A pesar de estar acostumbrado a tratar con el público desde hacia ya tiempo, no entendía por qué cada vez que veía a su compañero en estas situaciones se le hacía más y más difícil de digerirlo.

Kamijo tomó las manos de la muchacha y amablemente las retiró del asiento.

-Por favor- le indicó con elegancia para que se sentara a su lado, con lo cual un rubor se evidenció en sus mejillas.

A la hora de la entrevista, debió decir que fue muy profesional y eficiente. No podría criticarla directamente, excepto por su simpleza y desgano en su manera de vestir. O él se había acostumbrado demasiado a los lujos de una princesa, o esta muchacha reflejaba no tener confianza alguna en su femineidad. Esos zapatos lucían horribles, no combinaban en lo absoluto con su conjunto de dos piezas y su cabello lucía opaco y desteñido.

Los flashes inundaron el salón a la hora de cortar la cinta en el exclusivo local ubicado en la zona más privilegiada de la ciudad; Palermo Soho. Sólo el entusiasmo y buen ánimo de su amado Kamijo le hacían recordar que estaba aquí al fin de cuentas para apoyarlo en su proyecto y no para actuar como su niñera. Hizaki sabía que debía volver a Japón al día siguiente por los compromisos previos en su agenda. Sonrió a la cámara. Otro flash. Sus lentes oscuros escondían su preocupación.

Kamijo abrazó a sus compañeros, pues teniéndolos a su lado se sentía más contenido que nunca. Al fin y al cabo eran como su segunda familia. A la derecha, el guitarrista principal, a su izquierda, Jasmin You; sus “adoradas princesas” y junto a ellos Yuki y Teru, haciendo el típico gesto del metal con sus manos.

Las miradas expectantes de los pocos admiradores presentes y la prensa local desacostumbrada al glamour de este grupo de increíbles y talentosos músicos estallaron en aplausos en cuanto el dueño cortaba la cinta y daba por inaugurada así la lujosa tienda que proveía de diseños exclusivos y costosos.