martes, 23 de marzo de 2010

Guilty IV




Capítulo 4: Amantes



Cuando las bombillas se apagaron, todas las puertas se cerraron automáticamente, todas excepto la suya, por supuesto, fue hasta ella, apoyó un pierna en la pared para hacer palanca e introdujo los dedos en la ranura, después empujó con todas sus fuerzas hasta que consiguió abrir un hueco lo bastante grande como para que su cuerpo pasara, de ese modo fue corriendo hasta la celda que según había averiguado pertenecía a su objetivo, Kaya vio marcharse a su amigo y sabiendo que nada de lo que le dijera lo detendría, simplemente suplicó por volverlo a ver, algo de lo que no estaba totalmente convencido después de recordar todas las cosas que había oído decir del chico con quien Hizaki-hime iba a encontrarse, solo esperaba que no todas fueran ciertas, sino la muerte del rubio sería terrible. Este mientras tanto, caminaba por el largo pasillo de puntillas tratando de no hacer ruido, cuando llegó a la celda en cuestión usó el mecanismo automático para entrar, un vez allí se puso a rebuscar sin prestar atención al bulto que respiraba tranquilamente en la cama, lo bueno de que solo hubiera una cama era que no tenía que preocuparse de que el compañero despertara, buscó y buscó sin éxito alguno, no encontraba la foto por ninguna parte, por lo que se levantó para ir hasta la cama con el objetivo de mirar debajo, sin embargo cuando estuvo al lado del catre, una mano lo retuvo y rápidamente lo arrojó sobre el colchón a la vez que una navaja se deslizaba sobre la piel de su cuello sin llegar a herirlo, entonces la suave voz del inquilino de la cama le hablo al oído.
-Dame una sola razón para no matarte por haber entrado así en mi celda antes de que cuente diez, uno…-
Kamijo tenía un sueño muy ligero, era capaz de oír cualquier ruido por bajo que fuera y despertar sin demostrarlo, por lo que cuando escuchó los pasos y el registro de la habitación esperó a tener a mano al intruso y rápidamente lo inmovilizó, pero tras pronunciar aquellas palabras se dio cuenta de que no sabía quien se había atrevido a importunarlo por lo que dio la vuelta con fuerza sin dejar que la navaja abandonara la presión contra la garganta del atacante, pero cuando lo vio no pudo menos que sonreír.
-Así que eres tú, ¿qué quieres? Sino contestas te cortaré un dedo…-
Agarró una mano obligándole a abrirla y puso el filo sobre el meñique.
-…O si lo prefieres te cortaré la mano entera.-
El bello rubio abrió los ojos espantado ante la frase que pronunció el chico mayor y no fue capaz de decir palabra alguna, solo intentó liberarse del fuerte cuerpo semidesnudo que atrapaba el suyo contra el colchón sin piedad, aterrado como estaba ni siquiera recordó que con las prisas había olvidado el peine-cuchillo. El de largos rizos castaños, la ver que no recibía respuesta apretó un poco más el filo contra la suave piel de la muñeca de Hizaki provocándole una pequeña herida que escoció al chico, que finalmente decidió hablar.
-No…no me hagas daño, yo…yo solo quería la foto de vuelta nada más, por favor no me hagas nada, por favor…-
Las lágrimas rodaban por las mejillas del hermoso rubio, toda su determinación se había ido al traste por primera vez en su vida, por lo que el de brillantes ojos azules apartó la navaja de la blanca piel y se sentó en el lecho mostrando, a la tenue luz de las lámparas de emergencias, su cuerpo bien formado, era menos musculoso que Juka pero se podía ver a la perfección que se cuidaba y tenía más fuerza escondida de lo que parecía a simple vista, con una mano secó la mejilla derecha del chico, luego sacó la foto de debajo de la almohada y la miró, lo cierto era que tenía cierta envidia de la imagen de aquella mujer, el chico que no se atrevía a moverse ni un milímetro en la cama, había arriesgado la vida por ella mientras que a él lo rechazaba.
-¿Quién es? ¿Tu novia? Lo cierto es que no me extraña que la uses para masturbarte, porque está bastante buena, aunque no más que tu.-
Aquello enfureció al chico de largos cabellos de oro que cerró la mano en un puño y apretó las uñas contra la palma hasta que se hizo sangre, bueno eso fue lo que más tarde dijo, cuando lo curaron, porque lo cierto fue que se hizo sangre al golpear con todas sus fuerzas la cara de Kamijo rompiéndole el labio, el yakuza se cayó de la cama por el impacto mirándole sorprendido, aunque el golpe no impidió que se levantara e inmovilizara al chico fuertemente contra la pared de hormigón, pero este comenzó a gritar, furioso como estaba sin prestar atención al hecho de que el ruido atraería a los guardias.
-¡¡NO TE ATREVAS A DECIR ESO DE ELLA!! ¡¡TE MATARÉ SI LA INSULTAS DE NUEVO!!-
Los guardias alertados por el ruido llegaron corriendo, pero un segundo antes de que entraran Kamijo lo soltó fingiendo que jamás lo había tocado, el hermoso y furioso rubio se lanzó hacia él aprovechando que estaba libre pero fue rápidamente reducido y llevado a confinamiento, tras pasar por la enfermería, mientras gritaba, una vez llegaron a la zona aislada lo obligaron a desnudarse, ni siquiera le dejaron portar la venda, solo un par de tiritas, para evitar riesgos de suicidio en el caso de que tratara de hacer una cuerda con sus ropas como anteriormente había ocurrido con otros reclusos y le introdujeron en la celda cuyo reducido espacio era cubierto tan solo por un delgado colchón, lo empujaron de tal forma que cayó sobre él dañándose en el proceso mientras oía la puerta cerrarse, esta era completamente de hierro con solo una pequeña trampilla para introducir la comida, se iba a volver loco entre aquellas cuatro paredes blancas toda una semana, se encogió abrazándose las rodillas y escondiendo la cara en ellas. Al cabo de un rato se durmió aburrido como estaba, no tenía frío pues la habitación estaba climatizada de tal forma que las prendas de abrigo no eran necesarias, no obstante la princesa se encogió en posición fetal para protegerse. En las celdas normales Kaya paseaba de un lado a otro nervioso como estaba, todos habían oído el griterío en el cuarto de Kamijo y el rumor de que el nuevo lo había atacado y había sido llevado a aislamiento se había difundido como un gas venenoso por todo el bloque, cuando llegó la mañana y las celdas fueron abiertas Jeffree entró histérico por la puerta abrazándose a él llorando, el chico de cabello rosa y ojos castaños le contó entre hipidos y llantos que Seth, su compañero de celda, se había acercado a él por la mañana introduciéndose en su cama, le había dicho cuanto le gustaba y había comenzado a acariciarlo, él asustado le había pegado un rodillazo antes de salir corriendo. Jeff tenía miedo de morir, porque cuando alguien se metía con un chico de Kamijo solo podía suplicar por una muerte rápida. Sin embargo al cabo de un rato, cuando el grupo del de cabello castaño apareció, el joven tatuado entró en pánico de nuevo, esta vez acompañado por su amigo, pero fue el propio Seth el que se acercó disculpándose ante él por su comportamiento anterior dejando asombrados a los dos chicos con aspecto de princesas.
La mente de Kamijo había trabajado a cien por hora cuando el hermano de Kei le había contado lo ocurrido, y Jasmine, su confidente, había estado de acuerdo en el plan a llevar a cabo, y para ello eran necesarios los dos muchachos que aun temblaban en la litera de abajo. Hizaki despertó cuando la puerta chirrió al abrirse, en el umbral iluminado estaba el joven que le había llevado a aquel horrible lugar, tenía las manos metidas en los bolsillos, aunque de pronto sacó una enseñándole la foto de su madre y se la lanzó para que la atrapara, pero cuando la princesa rubia iba a hablar para preguntar el por qué de aquella acción el mayor habló.
-He venido no para devolverte eso, que también, sino para hacerte una proposición. Quiero que seas mi amante.-
Estaba asombrado, habría esperado cualquier cosa menos esa por lo que apenas fue capaz de reaccionar.
-¿Q…qué?-
-Lo que has oído, me pones, además piensa en esto, a Seth le gusta Jeffree y no está dispuesto a esperar más por él, aunque si yo le digo algo tal vez lo convenza, y Juka está tan encandilado por las caderas de Kaya que es posible que pronto deje de contenerse, aunque también puedo mediar, y lo único que te pido es que te abras para mi. Míralo de esta forma tú ganas protección igual que tus amigos, y además disfrutarás con el sexo, por lo que dicen soy bueno en la cama.-
No tenía otra opción por lo que cuando se acercó, Hizaki se dejó besar sobre el delgado colchón y se aferró a los hombros del de cabello castaño cuando le abrió las piernas.

Como prometí Honey ^u^

viernes, 19 de marzo de 2010

BOLERO (Tercera Parte)





Su móvil sonó… hacía tiempo que no devolvía las llamadas a nadie…


Más algo le impulso a tomarlo…


-moshi moshi?- dijo con desgano



-Yuuji, el se casa… -Aquello le cayó como balde de agua fría… reconocía la voz, era el amigo de Teru, Takano…



-y… y…eso cuando…-alcanzo a decir con una voz áspera que no le pareció la suya



-hoy, posiblemente ya estén en camino… Tú ya sabes donde… allí, donde Teru solía ir… aquella edificación pequeña y pintoresca, frente al parque donde se conocieron…



Ahogo un sollozo…


Sabía que el chico había empezado una relación con Kyoko desde que había pasado lo que…


Pero de allí a que se casará…



-el… el aún te ama…



No hubo más, el chico había colgado, dejando al castaño completamente paralizado por la noticia…



Miró el móvil en su mano, todavía incapaz de creer del todo las palabras de Takano…



Tal vez, no cambiara de opinión, sabía que había hecho daño a un ser que sólo lo amo incondicionalmente y sin medida, y él en cambio, le había engañado…


Cierto, no merecía otra oportunidad…



Pero…


Teru no podía casarse, no, el de mirada cobalto sufría y era por su causa…


La herida era profunda, lo había visto aquella última vez que vio esos ojos cobalto llenos de lágrimas…


Y el no podía seguir viviendo así, con la culpa y la necesidad de abrazarlo…


Recorrer una vez más ese frágil cuerpo del que tantas veces había sentido su calor…


Tenía que decirle cuanto lo amaba…






“…Escucha la dulce y fugaz melodía del bolero,


Vuela alto serás capaz de encontrar el lugar que curara tus heridas…”






Tomó su chaqueta, y salió con rapidez…


Miró su auto… seguro habría tráfico…


Jamás llegaría…


A menos que se fuera en la moto que Naoya le había regalado antes de irse al extranjero…


Después de aquella terrible noche…


Jamás se había subido a ella… pero sin duda, llegaría más rápido…






*~*~*






-bueno, el gran momento ha llegado…- le susurró Takano al joven que nervioso, aguardaba la llegada de su prometida, frente al altar



-crees que lo haré bien?



-que cosa dices…- dijo con media sonrisa- Teru, tranquilo…



La marcha nupcial, anunció la llegada de la joven…




*~*~*





El viento azotaba su rostro, apenas sabía por donde pasaba, lo único que importaba, era llegar donde Teru.



Ver esos grandes ojos cobalto, el cabello bicolor y rebelde… de nuevo…


Y escuchar el sonido de su voz, aunque fuera sólo una vez más…



Una gran avenida antes de llegar, sólo debía pasarla y estaría más cerca de su objetivo… Pero el destino, tenía otros planes…






“Oh~


Déjate llevar por el baile,


No sabes?


Yo estaré a tu lado…”






Sin saber por que, el joven, se llevó una mano al pecho.


Estaba sudando y tenía una especie de escalofríos…


Un sentimiento de angustia, le sobrecogió…



-se encuentra bien?- oye decir al sacerdote. Levanto la mirada. Todo le parecía irreal



-eh… si… continué por favor…



Era consciente de los murmullos y las miradas posadas sobre él…



-esta seguro? Se le ve muy pálido…



A su lado, podía sentir la mirada de Kyoko más que la de ningún otro.


Ella lo amaba, podía verlo a través de esos ojos chocolate que poseía.



-de verdad estoy bien…- sonrió.



-Teru…- le susurró la joven- de verdad podemos hacer una pausa…- se giró un poco para mirarle. Estaba preocupada…



-tranquila… oh, es acaso que tan mal me veo…?- intentó sonreír de nuevo, pero todo se volvió negro en pocos segundos…





*~*~*




Que hermosa melodía…


Era tan dulce y atrayente…


Todo era neblinoso y lleno de una cálida luz, quería alcanzarla…


Pero, de donde provenía…?



-Teru…



Una voz le llamó.


El conocía más que bien al dueño de tan peculiar voz.



-Teru…



Llamó de nuevo.


Su mente, le instaba a no responder el llamado…


Pero, muy en el fondo, sabía que necesitaba ver al dueño de aquella voz…


Reflejarse en esos ojos dulces, del color del mar, de sentirse protegido entre sus brazos…



-Kamijo…? Dónde estas…?-preguntó con una voz temblorosa, que apenas pudo precisar como suya. Avanzó unos pasos…



De pronto, todos los recuerdos de aquel fatídico día, se agolparon en su mente…


Y pronto, lo que había pasado después.



El, saliendo hecho una mar de lágrimas de lo que había sido el lugar más feliz para él…



El, llegando donde la casa de sus amigos, Takano y Kyoko, ya sin el llanto rodando por sus mejillas…



El, pidiéndole a Kyoko que saliera con él…



El, llorando cada noche…



El, saliendo con la joven de larga cabellera negra, fingiendo que era feliz… reflejándose en las pupilas de la joven, sintiendo el cariño creciente por parte de ella, y el vacío más grande en él…



El, pidiéndole matrimonio…



El, llorando, consolado por Takano... contándole lo que nadie sabía… el dolor que había tenido que soportar…



El, jurándose olvidar al castaño que tanto le robaba el aliento… Jurando, vivir feliz al lado de la joven con la que se había comprometido…



Jurando, aprender a amarla…



-Kamijo… por que…?- fue todo lo que salió de sus labios. Sintió como sus ojos se humedecían…



-no lo sé…Teru… la verdad, que ni yo mismo se contestarme esa pregunta, no se por que cometí semejante estupidez…!! No intentaré siquiera culpar a Naoya… no, el no tuvo la culpa…- su voz empezó a sonar entrecortada- Yo soy el único culpable…



-que no me amabas?- miró a su alrededor. Sólo blancura…- que no eras feliz a mi lado…? Si ya te habías cansado de mí, debiste decírmelo…-un llanto silencioso, corrió por sus mejillas- no tenías por que haber hecho eso…



-Teru, yo siempre te amé… siempre que estaba con él… pensaba en ti… y cada vez, me sentía peor que escoria…



-que sentías por el…? Lo amabas acaso?



-no, Teru, sólo… el… se que también le hice daño… El… el se enamoró de mí… pero… yo no podía amar a nadie más que a ti…



-entonces, sólo jugaste con él…? Acaso, era yo un juego también para ti?



-No, Teru, yo te amaba… Yo te amo… y jamás dejaré de hacerlo…el para mí… el era sólo sexo… el aceptó eso…



El de cabellera bicolor, ahogó una carcajada despectiva…



-Teru… se que no me perdonarás nunca… pero… por favor… no llores más…


No por mí, no lo merezco…



-Kamijo, yo de ti jamás podría olvidarme, por que tuyo es mi corazón…- dijo intentado reprimir un sollozo, sin éxito- y, a pesar de todo lo que paso… Debo ser un idiota… Te sigo amando!!!



-Teru…- el llanto incontrolable, por parte del otro chico, era palpable- ojalá pudiese volver el tiempo atrás…



-pero no se puede, lo que ocurrió, ya pasó, y nada podrá cambiarlo…



-lo sé Teru… y sabes? Lo que más me duele es no…






“Ah~


Vuela lejos, vuela lejos, vuela lejos, vuela hasta la cima,


Vuela por siempre…


Yeah, yeah, yeah~”






-Teru!! Despierta, estás bien???



Abrió los ojos, frente a él, tenía varios rostros conocidos, entre los que destacaba el de Kyoko



-Que ha pasado…?- en su campo de visión, pudo distinguir mucho movimiento por el recinto… por que armaban tanto revuelo?


Sólo se había desmayado… no tenía por que salir…


La boda seguía en pie…



-Has perdido el conocimiento…- le dijo preocupada. Apenas y pudo escuchar su voz sobre el sonido de las sirenas…



Sirenas…?



-que pasa… por que se…



-hubo un accidente a pocos metros de aquí- le informó el sacerdote



-accidente…?- repitió, aún confundido por el desmayo…


Ese sueño… esa voz…



-si, al parecer, un joven manejando a exceso de velocidad una moto…



A su lado, sintió la presencia de Takano.


-Padre, hermana, necesito hablar con Teru a solas…- dijo serio



Los mencionados, se alejaron en silencio, mirando preocupadamente al chico de mirada cobalto…



-te ha dicho ya el padre lo del accidente… Salí a ver en que podía ayudar…



-el chico esta bien?- pregunto, preocupado- hay más heridos?



-Apenas los están revisando los paramédicos… Teru, uno de ellos… el de la moto…- tomó aire, ahora incapaz de verle a los ojos- Teru, es él…



No necesito que le dijera el nombre…


Sintió como se le congelaba la sangre en las venas…



Se puso en pie con rapidez, y corrió a la salida…



Las miradas se dirigían al novio que corría inconsolable al lugar del infortunado suceso…



Detuvo su carrera, podía distinguir la cabellera castaña…


-KAMIJO….!!- grito con todas su fuerzas, dejándose caer de rodillas a plena calle, llevándose ambas manos al rostro…



No podía ser verdad, no… aquel chico que subían a la ambulancia…


Aquella sangre…


No, no podía ser él…



Sollozante, se obligó a levantarse, y corrió hacia la ambulancia…


-Kamijo, no… por favor…!!



-tranquilícese joven… deje que se lo lleven…- paramédicos forcejeaban por mantenerlo quieto



-llévenme con él…- pedía entre lagrimas- por favor…!!!



-Teru, tranquilo- la voz de Takano- ven por favor… el… es estará… bien…- lo sujeto con firmeza



Por el tono del chico, era más que obvio que no se creía del todo sus propias palabras…


Se lo llevó lejos de la multitud…



-yo… él… LO AMO…!!... Takano… y si… y si… NO PUEDO VIVIR SIN ÉL…!!!!- se aferró al saco del joven, quien sólo lo abrazó y le dijo casi en un susurro…



-Vamos, sube al auto, te llevaré al hospital…



*~*~*






“Eternamente,


Seguiré brillando sobre ti,


Te protegeré,


Tu precioso futuro…”






No podía pensar en nada más.



Se hallaba en la sala de espera de un hospital. A su lado, su mejo amigo…


Ya no podía ni llorar…



-son ustedes familiares del joven de la moto?- levantó la mirada. Un doctor, se hallaba frente a ellos.



-no, somos… conocidos suyos…- respondió Takano



-necesitamos hablar con un familiar…



-no puede decirnos nada…? Su familia no vive aquí...



-Doctor…- la voz débil y sollozante de Teru, atrajo la mirada del médico- llamaremos a su familia… pero… por favor…- se dejó caer de rodillas, aferrando con desesperación la bata- por favor… déjeme verlo…



-joven… si no es pariente de él…



-se lo suplico… necesito verlo… decirle que todo esta bien… que todo está olvidado… que lo necesito… que… sin él… no…



-lo siento… pero no puedo autorizarle pasar si…



-por favor doctor, necesito decirle cuanto lo amo…



El médico le miró fijamente. El muchacho, apenas y si era poco más que un niño.


Un niño que estaba destrozado…



-Teru, déjalo, esperemos a que llegue su…



-no joven- le silenció el galeno- Chico…- miró a Teru nuevamente. En sus ojos se podía leer algo de compasión… y tal vez algo más…- acompáñame por favor…



Le llevó por los pasillos…



Se detuvo frente a una puerta.



A través del cristal, pudo ver al castaño.


Rodeado de tubos, maquinas…


Vendajes…



Ahogó un sollozo…



-Joven, hemos hecho todo lo que hemos podido…



No podía desviar la mirada del cuerpo de su amado….


-se pondrá bien…?



-lo siento… su estado es muy delicado… el daño cerebral fue mucho… todo depende ahora de él…



Sintió que el alma se le caía a los pies…


-puedo… puedo entrar…?-balbuceo



-sólo un momento…



Corrió a su lado, tomando con delicadeza su mano…


-Kami… por favor, no me dejes… te necesito…- las lagrimas cayeron sobre las blancas sabanas- abre los ojos… - con la otra mano, recorrió, con los dedos temblorosos, la pálida mejilla del castaño… Se veía tan frágil…- por favor…





*~*~*





-Teru, no llores, por favor- frente a él se hallaba el joven castaño. Sin pensarlo, se arrojó a sus brazos



-Kami, te amo tanto…- la calidez que sentía, era mayor que la de otras veces. Podía sentir el tacto del pianista sobre sus cabellos



-Yo también Teru…- le separó un poco de sí, para poderle mirar. Sus ojos turquesa, brillaban…- Teru, jamás te dejaré…



-ni yo a ti, Kami!!



-pero debes hacerme un favor…



-lo que sea, por ti lo que sea…



-se muy feliz con Kyoko…



-pero que cosa dices? Si yo te amo a ti… ella entenderá… tú y yo…



-Siempre te amaré, pero tú… tú no puedes venir conmigo… No aún…



-Kami…? No me dejes… no digas eso…



-siempre estaré a tu lado… siempre velaré por ti… - se acercó suavemente su rostro, depositando un tierno beso en los labios del chico. Se separó, por su mejilla corría un solitaria lágrima- te amo…






“Donde sea que vayas,


Seguiré con esperanzas,


Yo te protegeré…”






-entró en parada!!!



Se vio sujetado por firmes brazos, que le obligaron a salir…


A través del cristal, pudo ver toda la acción de los médicos y enfermeras por reanimar al castaño…



El llanto corría descontrolado por sus mejillas…


-no me dejes…- grito- lucha, por favor!!!- Golpeó el cristal- No dejes sólo!!!



Todo se calmo…



Y entro nuevamente, arrojándose sobre el exánime cuerpo…






*~*~*





El viento jugaba con sus cabellos. Conducía a velocidad moderada. Su mente, estaba casi en blanco…



Una suave melodía, llenaba sus oídos… caía la tarde…



Pero pronto llegaría.




Bajo del auto, con un ramo de hermosas rosas rojas.


Y buscó…



Si, allí estaba…



-He venido a presentarte a mi hijo. Su madre a preferido quedarse en casa. Todo va bien…- su voz se quebró



-papá, estás bien…?- un niño de unos ocho años, le sacudió del brazo



-si, sabes…? El… el fue alguien muy importante para mí… cometió errores… y tal vez, yo también…


Pero siempre fue una buena persona…



-lo querías mucho?



-demasiado… cuando el… se fue… se llevó gran parte de mi…






“Oh~


Escucha (Escucha),


El radiante y solitario bolero,


Que brilla apasionadamente…”






- y sabes, Kamijo, lo he llamado con aquel nombre que tanto te gustaba… -abrazó cariñosamente al niño, de cortos cabellos negros- Jéremy…



Intento reprimir el llanto. Si bien, ya había pasado tiempo, y ahora vivía feliz al lado de Kyoko y su hijo, la herida, jamás cerraría.


El dolor, jamás se iría.



Depositó el ramo cerca del lugar donde reposaban los restos de aquel chico de cabellera castaña…


-Vamonos, hijo… seguro tu madre se preocupará si llegamos tarde…



-si papá…- el menor tomó su mano y tomaron camino de regreso al auto



Echó una última mirada atrás, y casi estuvo seguro de haber escuchado la suave risa de la persona a la que jamás olvidaría, por que vivía en su corazón…






“Nunca estas sola,


Así que vuela hasta que termine tu vida…



Este es el lugar donde perteneces…”