sábado, 9 de enero de 2010

Reyes Grises

Epílogo

Se había arreglado más de lo que había planeado en el inicio, aunque su ropa masculina no conseguía endurecer su figura como él quería sino que le hacía parecer más bello e inocente, como un niño que juega a ser adulto, vestía de blanco, negro y azul sus colores favoritos, los pantalones eran anchos y negros como todos los que tenía que caían tapando parte de las plataformas de casi veinte centímetros, ese día había decidido no ponerse mucho tacón. La camisa de chorreras era blanca y semitransparente, su cuello estaba atado con un elegante lazo azur del mismo tono del corsé que envolvía su cintura casi femenina con hermosos dibujos de encaje y cintas negras. Encima se puso una chaqueta larga negra con el forro cian bastante entallada, y un abrigo también largo en el mismo color oscuro, finalmente se colocó unos guantes de encaje y agarró el abrigo de Gackt. Realmente no sabía por qué le hacía tanta ilusión aquel encuentro, pero lo cierto es que salió pronto de casa a pesar de que el lugar quedaba relativamente cerca, como era lógico llegó bastante antes de lo previsto pero se sorprendió al ver que Gackt ya se encontraba en la puerta –Recordé que te gustaba la puntualidad en los ensayos.- No dijo nada puesto que notó una dolorosa punzada en el pecho al recordar la época de Malice Mizer, solo asintió en silencio y pasó ante el gesto caballeroso del vocalista que le cedió el paso como si de una mujer se tratara.

Ya conocía el restaurante, de hecho cenaba en él cada vez que no le apetecía cocinar, subieron a la terraza cubierta de la azotea que según le dijo estaba reservada para ellos dos solos, en el centro había una única mesa redonda con mantel celeste alrededor de la cual se sentaron, uno enfrente del otro esperando por las cartas, estas no tardaron en llegar en manos de dos camareros que rompieron su incómodo silencio, y es que ninguno sabía como comportarse después de lo ocurrido la noche anterior, por lo que tras hacer su pedido comieron en silencio bebiendo una botella de rosado que según pudo ver era el favorito del solista. Cada cierto tiempo se miraban desviando sus pupilas y fijándolas de nuevo en el contenido de su plato, al terminar se levantaron, Mana fue el primero en hablar, puesto que a pesar de que amaba el silencio, ese se le estaba haciendo insoportable –He traído tu abrigo- se sintió estúpido haciendo aquel comentario tan ridículo, pero esta provocó una sonrisa en Gackt que tras pagar le guió hasta su coche -¿Quieres que te lleve a casa o prefieres tomar algo en la mía?- No supo qué le impulsó a aceptar la segunda propuesta pero se daba cuenta de que cuando estaba cerca del cantante sus pensamientos habitualmente coherentes se iban de vacaciones.

El trayecto no fue muy largo, pero lo gastó examinando la cara de su antiguo amor platónico, pese a lo que la gente pensaba Gackt y él no habían sido amantes, ambos habían estado casados y sus problemas matrimoniales junto con los de la banda no les dejaron mucho tiempo, cuando se divorciaron de sus respectivas esposas, bueno, no sabía lo que había pasado por la mente del castaño pero por la suya empezar una nueva relación desde luego que no, ya estaba demasiado confuso y dañado, aunque por supuesto no podía haber evitado fijarse en él. Llegaron a la enorme y mal iluminada casa, y el dueño le indicó que pasara hasta el jardín, así lo hizo encontrándose con algo que no esperaba, la piscina alumbrada con pequeñas lamparitas y una bandeja de plata con dos copas de champán, tras él llegó Gackt ya en bañador -¿Te gusta lo que he preparado?-

-Po…por que, ¿a qué viene esto?-

-Ayer, mientras descansaba sobre tu precioso cuerpo desnudo- Mana no pudo evitar que el sonrojo acudiera a sus mejilla agradeciendo haberse maquillado, pero el gesto no pasó desapercibido al castaño que continuó hablando –recordé lo que había ansiado estar así contigo desde que te conocí, supongo que los problemas con Miku empezaron cuando comencé a desearte, aunque nunca lo había reconocido ante mi mismo hasta ahora –se acercó sin dejar de hablar al tiempo que el moreno retrocedía –te quiero.- Le besó profundamente mientras Mana continuaba tratando de huir, hasta que finalmente tropezó y ambos cayeron al agua. Salió a la superficie tosiendo aferrado al torso de Gackt, luego el beso se repitió mientras sus ropas empapadas se hundían hasta tocar el fondo, se apresuró a retirar el bañador y acariciar el miembro que pese a lo fría que estaba el agua se erguía orgulloso, el receptor de sus atenciones gruñó salvajemente y lo empujó hasta el borde donde él mismo abrió sus piernas y acercó su trasero que fue inmediatamente penetrado.

Gritó de placer y besó todo lo que estaba a su alcance alegrándose de estar siendo sostenido, se acomodó abrazando un poco más aquel fuerte cuerpo –yo…ta…también te quiero- fue capaz de susurrar justo antes de derramarse entre sus vientres mientras sentía su interior de nuevo lleno con la esencia del vocalista. Respiraron agitadamente abrazados –lo sé, y no dejaré que esta vez nuestras diferencias nos separen, deseo estar contigo para siempre- correspondió al abrazo –en ocasiones no somos tan diferentes- esbozó una sonrisa, algo extraño en él mientras cerraba los ojos apoyado en el hombro de Gackt.

Cuando despertó se encontró en la cama redonda de sábanas blancas, pero solo, trató de contener su tristeza pero fue incapaz y esta cayó sobre la colcha en forma de pequeñas lágrimas, ¿acaso todo lo que había vivido la noche anterior había sido una mentira? Se levantó buscando su ropa, pero no la encontró, ya estaba pensando en salir del cuarto cuando la puerta te abrió dejando pasar a un Gackt completamente empapado –Siento no haberme secado siquiera, pero no pude resistir mucho tiempo sin verte tras rescatar tu ropa del fondo de la piscina –sonrió y comenzó a acercarse, pero al ver las lágrimas dejó de sonreír –No llores más por mí Mana-chan, te amo y no soportaría volver a hacerte daño.-

-¿Qué te hace pensar que fue por ti?- aunque hubiera reconocido sus sentimientos aún tenía su orgullo, pero no se esperaba la contestación -¿acaso no lo era? Si quieres me marcho.- picó en la trampa y se abrazó al cuerpo mojado besándole con ansia. Después de volver a hacer el amor y desayunar se sentaron en el mullido sillón azul del salón a ver una película de las que le gustaban a Mana, de terror y en blanco y negro, pero mientras Gackt luchaba por encender el reproductor alcanzaron a ver una parte de un programa del corazón y no pudieron menos que sorprenderse al ver fotos de ellos dos cenando y en el coche puestas bajo grandes titulares en amarillo y rojo:

¿Son novios?



No hay comentarios:

Publicar un comentario